Mi alma no corre sino vuela
a una velocidad tan infinita
que no puede ser de escuela
no puede ser pensada o vivida.
Únicamente puede ser sentido
y tú estás a la altura del mar
yo sé que estás arrepentido
de por el aire jamás cabalgar.
Algún día subirás al cielo
sentirás el viento en ti
sentirás un gran deshielo
y volverás junto a mí.
Este vuelo lo haré solo
ante el peligro latente
pero mi padre ya voló
con su corazón ardiente.
viernes, 14 de agosto de 2009
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