CIELO SIN ESTRELLAS.
Sutiles encuentros entre azules
que me acompañaron con tus matices
los matices ingratos de tus golpes
enterrados en mí como raíces.
Los matices de tus manos seguirán
si recorro con mi mente tu imagen
las estrellas del cielo se morirán
como un papel mojado en un examen.
Sólo para recordar que aún te espero
esperaré hasta que me haga cenizas
o hasta que me pierda en algún ropero
olvidado entre tus tristes malezas.
Lejos a la deriva te esperaré
y estaré en el muelle lanzando piedras
al mar donde con mi padre moriré
recordando sus frases como hebras.
Recordaré unas frases derrotadas
por gentes que no tienen ideales
pero por ti ya fueron inventadas
contra las mentiras y las verdades.
Recordaré frases que se perderán
entre el viento, la noche y la marea
recordaré la belleza y brillarán
de nuevo tus ojos en la asamblea.
No recordaré la belleza inmortal
de un instante que existió en el pasado
cuando mis ojos miraban el portal
con tu invencible pecho destrozado.
Cuando alargaba mis manos hacia ti
sin decir palabras porque se rompió
porque no hablé contigo sino de mí
porque dejé que te fueras y murió.
Porque no crucé la puerta contigo
no franqueé el umbral que estaba allí
sólo bastaba desnudar mi ombligo
y desnudar el alma que me une a ti.
Sólo bastaba desatar mis miedos
y cuando lo hice tú ya no estabas
para juntar por siempre nuestros dedos
y ya construir el sueño que esperabas.
Se salvaron las palabras flotando
en el silencio del mar infinito
que en vida material me estás matando
he muerto, sin tu voz estoy maldito
En el espacio quedó ese momento
abrazándome a mí en lo que pudo ser
pero nunca fue porque fue tormento
un sueño que ya nunca pudo nacer.
Y falleciste hasta hacerme fallecer
fui arrastrado por la marejada
que arrastró nuestro fugaz y dulce ayer
a mi perpetua alma crucificada.
La destruyó el océano enorme
que siempre interpuse entre tus palabras
y mi oído ofensivo y disconforme
que ve como tú te descalabras.
