viernes, 29 de julio de 2011

CUANDO LA FE NO TE DEJA VER


Cuando la fe no te deja ver,
el camino se hace duro,
y ya no sabes qué hacer,
porque no estás seguro.

Mi cama a ti no huele,
huele a maldita soledad,
soledad que en mí suele,
habitar con brusquedad.

Con la cabeza hacia el cielo,
brazo en alto sigo buscando,
la estrella que me perdieron,
pero no la estoy encontrando.

Con mis convicciones firmes,
sigo esperando tu llamada,
y hasta que tú me lo confirmes,
todo me sabe a nada.

No quiero alejarme demasiado,
por volver a sentir algo,
por quien no se lo ha ganado,
por lo que mejor es si salgo.

No hallaré jamás consuelo,
en brazos de quien engaña,
de quien me tira al suelo,
clavándome su guadaña.

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