lunes, 16 de agosto de 2010

TRAVESAÑOS COMPARTIDOS


No te extrañes si me vence la pasión,
eres la más bella,
en mi bandera una estrella,
que en mi corazón estalla.

Como una tormenta lanzando rayos,
yo te imagino en los travesaños,
durmiendo a mi lado durante años,
ascendiendo por los mismos peldaños.

Te observo en el horizonte del destino,
aunque es pronto,
eres mi sino,
el astro rey me da la luz del día,
tú me la das toda la vida,
iluminando mi camino.

Eres cada una de las notas musicales,
componiendo una partitura en blanco,
la genialidad plasmada en mi conciencia,
la hermosura en la existencia,
la materia ante el vacío,
de guerra el hastío,
en tu ausencia.

La diferencia es tu esencia,
si tú no estás conmigo,
la celda de castigo,
es la soledad en un camino,
en lucha contra el destino.

Le pido al cielo seguir en tu memoria,
ser tu gloria,
en los rincones de tu pensamiento,
sin que ningún impedimento,
ni el viento,
ni la erosión,
hagan desaparecer el momento,
porque nada me robará la ilusión,
ni lo que tanto amaba entonces.
Una vez más desde los atisbos del recuerdo,
no soy loco sino cuerdo.

Y muero por poseerte entre mis brazos,
por sentir esos abrazos,
con los que cada noche sueño,
que soy por siempre tu dueño.

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